Me giro ofreciéndote de nuevo mi coño tan húmedo, las piernas entreabiertas, las rodillas en ángulo perfecto, invitándote de nuevo a entrar dentro de mí con un leve tirón de tus nalgas aproximándote, insinuando que de nuevo te quiero sentir entrar. Y entras. Despacio. Profundo.
Labios apretados que muerden la lengua para reprimir un grito que consigue escapar a pesar del esfuerzo. Tú sientes esa calidez acogedora que sigue lubricando tu polla, permitiendo que deslice despacio pero sin interrupción, adentro, más adentro, suspiro, la sacas dejando la punta dentro trazando círculos perfectos que estimulan más mi deseo, siento un placer que nunca sentí hasta entonces, vuelves a entrar, de nuevo profundo, permaneciendo dentro de mí inmóvil, conteniendo el orgasmo que amenaza con poner fin a tanto placer, te rebelas, no quieres terminar; consigues sobreponerte, vuelves a moverla en mi interior, con girar interminable de tus caderas que transmiten esa perfección circular a lo más íntimo de mí, y vuelves a salir, vuelves a entrar, no puedes más, a duras penas consigues evitar derramar tu semen en mi interior, cuando te sorprende mi orgasmo, contracciones de los músculos que se transmiten a tu polla, me estoy dejando llevar, no gimo, grito de placer y un mareo me sobreviene mientras mis manos en un espasmo imposible de controlar clavan los dedos en tus nalgas y te empujan hasta donde nadie antes llegó, te mantengo dentro sin permitirte escapar y no dejo de desgarrar tus oídos con mis jadeos sin fin, elevando mi cuerpo sobre la cama a pesar de tu peso sobre mí…hasta que tanto placer me deja sin fuerzas, me rindo sintiendo aún los ecos de las contracciones de placer que me sobrevienen cada pocos segundos.
No había experimentado jamás un orgasmo tan intenso, tan prolongado, jamás había gritado tan alto, nunca imaginé que pudiera ser así, y tu polla al salir de mí consigue mantener mi excitación, te empujo con violencia sobre tus espaldas, tumbado sobre la cama estás indefenso ante mi boca que busca de nuevo lamer esa deseada máquina de placer, quiero que tú tengas una experiencia como la mía, la agarro con todos los dedos cerrados en torno a ella, y comienzo a masturbarte dentro de mi boca, lamiendo con fuerza mientras sube y baja dentro de ella. está a punto, ya no vas a controlarte más, quieres correrte, lo necesitas, y mientras la mantengo firme en mi boca, mientras chupo sin control, mientras la masturbo con mi boca, comienzo a sentir sus contracciones, y te derramas dentro de mí, siento bombear el semen mientras oigo tus jadeos y lucho por mantenerte inmóvil, quiero recoger todo tu semen, semen que me rocía el paladar, que me golpea las mejillas dentro de la boca, furioso al salir de su encierro, y mientras trago el viscoso y amargo jugo la saco para que los últimos bombeos arrojen el resto sobre mi cara, y mi lengua busca hasta la última gota que escurre desde mis ojos hacia la boca, quedando ambos inmóviles sobre la cama, derrotados, mirada perdida hacia algún lugar indeterminado en las alturas, mi mano aún se mantiene en tu polla que se ha quedado ya floja una vez vacía de la tensión que la mantenía erguida, no decimos ni una palabra, silencio absoluto, ese extraño silencio que cubre la atmósfera después de una violenta tormenta…